HITOS HISTÓRICOS
Carlos Moro vivió en esta casa señorial de Olivares de Duero junto a sus padres, Consolación y Urcisino, durante los últimos años de sus vidas. La casa, donde hoy se asienta la bodega, la mandó construir el Marqués de Olivares. Posteriormente fue casa de labor de los monjes jesuitas hasta su expulsión por Carlos III en el S. XVIII. De esa época, se conservan todavía algunas pinturas de gran valor.
Una de las grandes pasiones de Carlos Moro desde pequeño han sido los animales. En esta imagen, el empresario posa sobre una mula a los pies de las escaleras que conducen a una de las salas más importantes de la Bodega y que, en la actualidad, acoge algunos de los eventos familiares y sociales más importantes. Dicha sala abovedada se encuentra en primera planta, sobre la sala donde duermen las barricas.
Hasta en dos ocasiones ha recibido Carlos Moro un galardón de manos de Su Majestad el Rey Felipe VI. En esta ocasión, le hizo entrega del Premio Europeo de Medio Ambiente en 2012 por su destacado y pionero compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. Para el presidente de Bodegas Familiares Matarromera es fundamental devolver a la tierra lo que ésta nos brinda.
Además del vino y la tierra, la otra gran pasión de Carlos Moro es su familia. Su mujer, sus hijas y sus nietos son el eje fundamental y motivo constante de felicidad. El presidente de Matarromera es una persona muy familiar y en su hogar junto a la Bodega Renacimiento disfruta los veranos al máximo de su compañía con largos paseos en bicicleta por los viñedos transmitiendo su conocimiento a los pequeños.
Carlos Moro recibió el Premio Nacional de Innovación, otorgado por el Ministerio de Economía y Competitividad, de manos de Su Majestad el rey Felipe VI en el año 2017. Este reconocimiento valora así su trayectoria innovadora, que ha hecho que en sólo unas décadas sea la empresa del sector con mayor inversión en I+D+i y haya obtenido 13 patentes.